El arte de decir que no
Poner límites no es egoísmo, es una forma profunda de amor propio. Quien se molesta, revela su intención de manipularte.

Cuando dejas que las personas hagan contigo lo que quieran, pronto te darás cuenta de todo el abuso que te hacen. No sé por qué a las personas les asusta la palabra “abuso”, pero eso es lo que es.
Si descubres en tu vida que se aprovechan de tu confianza y te encuentras enredado en problemas que nunca elegiste, sino que de pronto te diste cuenta de que ya estabas ahí metido; probablemente es porque alguien abusó de tu confianza.
Es que es bien difícil ponerle un alto al otro. Especialmente si eres una persona tímida. Alzar la voz para que te escuchen es atemorizante, pero tu voz tiene que ser escuchada, porque si no habrá alguien que se imponga y terminarás haciendo lo que dice solo por tu incapacidad de decir “no”.
Poner límites es amor propio. Decir que no, es decir que sí a ti mismo. Si el otro se enoja es porque no te puede manipular. Pero recuerda que ese es tu superpoder. Si quieres arruinarle el día a un manipulador, solo necesitas decir que “no”. Y se la va a pasar fatal.
Voltea a ver todas esas veces que dijiste que “sí” a cosas que realmente querías decir que “no”. ¿Cómo te hizo sentir eso? ¿En qué problemones te metiste?
Exige, alza la voz y mantente firme. Verás como te empiezan a tachar de mala persona y te comenzarán a ofender. Sí, eso será al principio, pero con el tiempo los abusadores dejarán de siquiera intentarlo.
Comienza a hacer lo que tú quieres, y no lo que otros quieren que hagas. Vive tu vida, no la de ellos.
¿Te cuesta decir que no?
Cuéntame una vez en la que dijiste “sí” y te arrepentiste. ¿Qué aprendiste de eso?
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Es complejo el tema. Porque cuando no sabemos decir que no, y aceptamos algo, el otro no es consciente de que no queríamos decir que si. Las personas de comunicación pasiva, tenemos esa dificultad. O esa cualidad. Nos duele más decir que no, que decir que di a algo que nos piden. En cambio, hay otras personas que saben decir No. Y lo hacen. Si esa persona que sabe decir que no, pide algo, y le digo que si, no lo verá como un abuso. Yo podía decir que no, aunque no lo haya dicho.
Decía que es un tema complejo, porque implica más que un no o un si. Durante muchos años me sentía víctima si me esposo decía que no. Me martirizaba pensando que no era justo que yo dijera a todo que si y el no hiciera lo mismo.
El punto de equilibrio es la asertividad y evitar los extremos
Evitar ser "mártir" y evitar enojarse ante un no del otro.
A mi me ayudó mucho comprender que podía decir que no, que no tenía la obligación de asumir todos los problemas ajenos como propios, y comprender que era mi error sentirme víctima ante un no de mi pareja.
Tanto uno como el otro a veces necesitamos aprender a gestionar el pedir y el aceptar dar
Sufro de esto! Gracias por autorecordarmelo!