Ser bueno es una trampa (si no aprendes esto)
¿Por qué ayudar a los demás puede volverse en tu contra?
Abusado con los abusadores

La bondad está disfrazada en muchos casos de debilidad.
Es una puerta que se abre y permite la entrada a que las personas abusen de ti.
Me dolió darme cuenta de que todos esos actos desinteresados que hago por personas a las que les tengo un cariño, simplemente sirvió como una invitación a hacer lo que quieran de mí, que al cabo yo no me enojo fácilmente.
Como si mi temple calmo diera la indicación de que por dentro todo está en orden, pero eso es mentira.
Hace unos años reaccionaría de una manera desproporcionada a la situación que estaba viviendo, me verías gritando y lanzando objetos ante una situación frustrante. Entre más me fui adentrando a la meditación, me fui haciendo más hábil en controlar esas emociones que surgen y en vez de dejarlas que explotaran, las reprimía hasta que dolían en el pecho.
Pero por fuera no es lo que mostraba. Por fuera me veían como una persona tranquila y respetuosa. Quizá ese fue el signo de debilidad que otros, maestros del chantaje emocional, aprovecharon para hacer conmigo lo que quisieran.
Lo peor del caso es que yo lo permití. Yo pude ver las señales desde un principio, pero decidí dejarlo pasar. Evitar el conflicto hasta que era inevitable.
No me duele tanto el abuso de otros, me duele no haberme cuidado. Me duele no haberme escuchado desde el inicio.
He puesto mucho empeño por ser más compasivo, por demostrar esa bondad que hay en mí. Hacer el bien, retribuir a la sociedad y el medio ambiente. Pero no es recíproco. Yo pensaba que lo hacía desinteresadamente, pero ya veo que no es así. Quizá ayudar a otros significa ver por mi primero y después ayudar a quien quiere ser ayudado.
Si nadie te pide la ayuda, no la des.
¿Alguna vez sentiste que tu bondad fue malinterpretada como debilidad? Cuéntamelo en los comentarios.
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