💡 Una Cita
“Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón”
— Gabriel García Márquez
🎶 Canción de fondo para leer el Newsletter
🙋♂️Una historia personal
Era el 2012 y me había hecho de unos boletos para ver por primera vez a The Kooks en Monterrey. Era una de esas bandas que tenían buen ritmo, pero que no eran tan populares en México; a tal punto que se consideraba una bandita Underground.
En aquel entonces usaba unos lentes de armazón grueso y mi cabello largo con un corte Faux Hawk , corte de moda entre los futbolistas. No lo sabía entonces, pero en ese momento me encontraba en mi época más atlética y también mi época más feliz.
Estaba en quinto semestre en la Universidad, justo a la mitad de la carrera, con tan solo 20 años.
Conseguimos un buen lugar cerca del escenario y, armados con un vaso doble de cerveza, esperamos ansiosos la salida de la banda. Arrancaron fuerte, con una canción que explotó inmediatamente el estado de ánimo de los asistentes. Ahí estaba yo, empujando, saltando, gritando y coreando canciones de una banda que me gustaba mucho en ese entonces. Fue una noche que disfruté mucho y aún recuerdo.
12 años después, The Kooks anunciaba su tour de celebración de 15 años de su disco Inside In / Inside Out. Mis ojos se iluminaron como aquel entonces. Solo que ahora las cosas habían cambiado considerablemente. Ahora vivo en Estados Unidos, el único corte de cabello que me puedo permitir es completamente rapado, y ya no llevo lentes, pero mi vista está deteriorándose de nuevo, y ahora iba con mi esposa en vez de con mis amigos.
Para mi sorpresa me encontré a muchas personas de mi edad en el concierto. Claro, ya llegamos al punto donde nuestras bandas de la juventud se convierten en Clásicas. Así recordaba cómo mi papá hablaba de los Beatles o de los Bee Gees pensando que hablaba de bandas muy viejas. Ahora yo estaba bien transicionado a la faceta de Señor Adulto.
Ahí estaban todas esas personas que en algún momento bailaban, cantaban y tomaban sin dolor alguno. De pronto la vida nos había alcanzado y podías ver personas con tapones en los oídos y vasos con agua. Ya nos somos jóvenes y eso me nos duele.
🧘♂️ Una reflexión
Verás, no tengo problema alguno con volverme viejo, pero la nostalgia me mata lentamente. Yo sabía que hace 12 años estaba viviendo mi mejor momento, yo lo sabía y lo disfruté tanto como pude. Me hubiera gustado hacer algunas cosas diferentes, pero tampoco me arrepiento de como se desenvolvieron las cosas. Mi yo joven la pasó bien, pero ahora me come por dentro saber que esas experiencias no las volveré a vivir. Vendrán otras experiencias nuevas, claro, pero nada se compara a la vez que experimentaste algo por primera vez.
La nostalgia es un recuerdo de que la vida está pasando más rápido de lo que pensamos; y que los momentos que tenemos hoy pueden ser tu mejor momento en la vida.
Aunque esta vez me emocioné tanto por volver a ver a The Kooks, lo único que pude hacer fue disfrutar la música, bailar en mi lugar y tomarme una cerveza en honor a esa versión joven mía. Ese wey era a toda madre.
La nostalgia te restriega por la cara que estás envejeciendo. Y claro, una persona de 50 años pensará que yo, a mis 32 años, soy joven; pero me estoy refiriendo al proceso de envejecer. Honestamente, las cosas ya no son como antes. Mi rodilla está completamente destruida, la cerveza me cae muy pesada y ya no duermo más de 7 horas.
¿Cuál es esa anécdota que te dice que ya no eres joven?
Envejecer es un proceso natural, pero también es un recordatorio de que la vida es fugaz. Esos 12 años pasaron como 12 minutos. Lejos de preocuparte porque la vida se te escurre de las manos, es una invitación a apreciar la vida. Estos pequeños momentos no van a regresar, así que disfrútalos, por más insignificantes que parezcan.
Voltea al espejo y ve cómo esa persona ha cambiado físicamente. Fascinante, ¿no?