No confío en las personas que odian el aguacate
¿Realmente te gusta lo que te gusta?
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Yo no confío en las personas que no les gusta el aguacate. Es una fruta que va muy bien con muchas comidas. Se combinan muy bien. Incluso algo tan sencillo como una tortilla de harina, aguacate y sal me parecen una comida perfecta.
Pero las personas a las que no les gusta el aguacate pareciera que son como un estrato de la sociedad que ha sido marginado con un gusto terrible. Son la minoría, pero las hay.
De hecho, cuando alguien dice abiertamente su disgusto por el aguacate, es esperada una reacción exagerada, como reafirmando el punto de que están completamente locos. Vivir en un mundo sin aguacate es inimaginable.
En la mayoría de las veces no elegimos nuestros gustos o preferencias. Simplemente están ahí. Aunque también existe una gran posibilidad de que has sido moldeado por una sociedad que establece lo que te debe gustar y lo que no. Por eso, cuando alguien sale de la norma, generalmente es visto como una parte aislada de la sociedad, es decir, un rarito.
Justo como inicié este texto: “Yo no confío en las personas que…” es una demostración de lo bien inmerso que estoy en los estándares de la sociedad.
Yo creo que todas nuestras preferencias deben ser revalidadas. ¿Cómo estás seguro de que no te gusta el aguacate, si nunca lo has probado? Aquel que se ha tomado la oportunidad de probar y corroborar que no le gusta, está kilómetros adelante de todos aquellos que simplemente asumimos que el aguacate es la mejor fruta del mundo. Pero, ¿Realmente el aguacate es tan bueno como pensamos?
Y sí, estoy hablando del aguacate, pero puedes sustituirlo por cualquier cosa.
Aquello que no nos gusta, todo lo que no disfrutamos, merece una oportunidad de ser probado. Porque estamos en constante cambio. Aquello que de niños aborrecíamos, de adultos podemos disfrutarlo. Necesitas investigar más de aquello que odias y quizá en el proceso encuentres un nuevo gusto culposo.
Ahora dime en los comentarios: ¿Cuál es tu gusto culposo?
