Es verdad, hubo días en los que me dolía meditar. Se me venía a la mente una situación en específico que creo ni siquiera había pensado que fuera incómoda y vergonzosa. Entendí que no siempre se trata de tranquilidad y relajación. Esa situación que se cruzaba en "mis momentos de paz" la había estado evadiendo desde que inició el año, y nunca la pensaba en mi cotidianidad hasta que estuve sola, observando. Gracias por escribir, apenas estoy empezando en el mundo del budismo y con leerte aprendo bastante.
La razón por la cual nos vienen esos pensamientos en los momentos de tranquilidad es porque en la cotidianidad de la vida no nos permite la introspección fácilmente. Estamos enfocados en sacar el trabajo adelante, en sobrevivir. Así que cuando por fin te sientas en la calma y miras hacia adentro, esos pensamientos comienzan a aparecerse.
Lo bonito es que una vez que los atiendes tu vida empieza a cambiar. No es un proceso rápido, y eso también desmotiva a los principiantes. Hay que confiar en el proceso y la constancia.
Es verdad, hubo días en los que me dolía meditar. Se me venía a la mente una situación en específico que creo ni siquiera había pensado que fuera incómoda y vergonzosa. Entendí que no siempre se trata de tranquilidad y relajación. Esa situación que se cruzaba en "mis momentos de paz" la había estado evadiendo desde que inició el año, y nunca la pensaba en mi cotidianidad hasta que estuve sola, observando. Gracias por escribir, apenas estoy empezando en el mundo del budismo y con leerte aprendo bastante.
La razón por la cual nos vienen esos pensamientos en los momentos de tranquilidad es porque en la cotidianidad de la vida no nos permite la introspección fácilmente. Estamos enfocados en sacar el trabajo adelante, en sobrevivir. Así que cuando por fin te sientas en la calma y miras hacia adentro, esos pensamientos comienzan a aparecerse.
Lo bonito es que una vez que los atiendes tu vida empieza a cambiar. No es un proceso rápido, y eso también desmotiva a los principiantes. Hay que confiar en el proceso y la constancia.
Uyy.. si que duele, lo mejor viene después de trascender esos propios monstruos, de hacer las paces con ellos y abrazarlos dándoles mucho cariño.
Que bueno que compartas tu experiencia y no me tachen de loco jaja
Acercarnos a la meditación con compasión nos puede liberar del sufrimiento, pero tenemos que hacer la práctica constante para ver los resultados.
No te preocupes si te tachan de loco, dicen que los locos vivimos más felices que los que se autoproclaman "cuerdos" jajaja