“Wake up, Neo…
The Matrix has you…
Follow the white rabbit.”

Hay muchas escenas del cine que marcaron mi vida para siempre.
Una de ellas fue Signs y el momento donde aparece un extraterrestre en video. Otra fue la de IT y el momento en que un payaso asesino sale por la coladera de la regadera. Pero hay una que rompió la manera en como veía el mundo: The Matrix y la escena de Neo despertando de su cápsula.
La propuesta de la película era sencilla: y si de pronto descubrieras que vives en una simulación, ¿Qué harías?
Yo apenas tenía 7 años cuando vi la película en el cine. Las escenas de acción eran espectaculares, los vestuarios impresionantes y la narrativa muy adictiva. Recuerdo llegar del cine para prender la computadora que teníamos en casa y pretendiendo que escribía código para descargarme unas peleas de Kung Fu directamente en mi cerebro.
Los videojuegos de Matrix eran igual de entretenidos, porque podías reducir la velocidad del tiempo para esquivar balas y poder acabar con los malos. Hacían que me sumergiera en la historia hasta el punto de cuestionarme mi realidad.
Todo empeoró años después cuando mi papá nos compró un juego para la computadora que se llamaba The Sims. No tengo idea cuántas horas invertí jugando a esa madre. Era un juego tan adictivo que terminaba dedicando mi vida a una vida simulada. Claro, ahí tenía trabajo, una esposa e hijos. Una casa mucho más grande que en la que vivía y descubrí que había un código que podías poner para generar dinero infinito.
Dejé de vivir mi vida por vivir una vida simulada. En ese entonces quizá tendría unos 10 años, y me estaba perdiendo de jugar en la calle y hacer amiguitos del futbol de la colonia por estar encerrado viviendo una vida irreal. En ese entonces no me hacía sentido, pero cuando tuve mi primera crisis existencial todo cayó en su lugar.
En la universidad tomé un curso de filosofía, hablábamos de Aristóteles y de Kant, un poco de Sócrates por aquí y un poco de Epicuro por allá. Todo bien… Hasta que llegamos a hablar del Kierkegaard y qué decir del señor Nietzsche.
Fue en esa época en que recordé a Neo despertando en su cápsula llena de un líquido que lo mantenía vivo, conectado a una máquina que extraía su energía vital para mantener otras máquinas operando. Neo se desconectó un cable de la parte posterior de la cabeza y descubrió que toda su vida era una perfecta mentira. ¿Quién me aseguraba que eso no me estaba pasando a mí también? Así fue cómo se originó mi primera crisis existencial.
El ser humano se diferencia de los animales por el simple hecho de tener consciencia. Nuestros antepasados interactuaban con el mundo de tal manera que comenzaron a construir una “verdad” que con el paso del tiempo asumimos como cierta.
De pronto, se cambiaron los minerales por monedas, las monedas por billetes, los billetes por una tarjeta de débito y ahora evolucionaron hacia la idea de las criptomonedas. Al final estamos hablando de dinero, pero el objeto no tiene valor por sí mismo, sino que fue gracias al colectivo que todos concordaron el valor del dinero y lo que es.
Y ahí están países en guerra, personas codiciosas, y personajes que acumulan la riqueza mientras las minorías sobreviven con apenas unos centavos al día. Una idea que beneficia a muy pocos, pero afecta a la mayoría de la población.
Así como con el dinero, existen otras “verdades” que hemos dado por sentadas: la idea de que estudiar una carrera te asegura tu futuro financiero, el matrimonio te asegura estar acompañado todo el tiempo o que ser futbolista profesional es una meta alcanzable para la persona promedio.
El colectivo social se ha encargado de definir cuáles son los objetivos y metas de los demás. Incluso la ciencia ha intentado clasificar todo lo posible en búsqueda de esa “verdad” que además tiene la característica de que puede ser replicable y comprobable.
Nos convertimos en unos borregos que van siguiendo al de adelante, envidiando lo que tiene el vecino y esperando ser mejor que el otro. ¡Qué triste!
Es muy fácil perderse en la cotidianidad de la vida. Al fin de cuentas, ¿De qué me sirve reflexionar en mi existencia si no tengo dinero para pagar la renta a fin de mes? Por estas razones es muy fácil caer en los paradigmas y en lo establecido.
Hagamos un pequeño juego.
Qué dirías si te pido que describas a:
Un Mexicano
Un Español
Un Argentino
Un Chileno
Del primero hablaríamos quizá de indígenas, burros, cactus y tequila. Del segundo hablaríamos quizá del flamenco, los toros y el jamón serrano. Del tercero hablaríamos del tango, fútbol y la churrasquería. Del cuarto diríamos colectivamente que hablan un español que no se les entiende nada.
Todo lo anterior son estereotipos en parte reales y en parte falsos. Habrá quienes se puedan sentir ofendidos incluso, pero no dejan de ser estereotipos. Pero si existe el estereotipo, significa que hay algo de verdad en eso.
Cuando observas desde una mirada crítica, te darás cuenta de que muchas personas se comportan de manera similar, a pesar de ser únicas y diferentes. Vivimos en una realidad falsa.
Ahora, no sé si precisamente vivimos en un programa de computadora y que hay un alienígena de 10 años jugando en su habitación con mis decisiones de vida. No lo sé. Hay algunas evidencias que así lo sugieren, pero saber esto no cambia mucho de cómo voy a vivir mi vida.
Sin embargo, darse cuenta de que hemos estado actuando siguiendo unas reglas sociales sí puede tener un efecto de cómo vivirás tu vida a continuación. Todos te dirán qué deberías hacer. Todos tienen una opinión de cómo vivir su vida. Pero si no eres consciente de cómo quieres vivir tu vida, habrá otros que te dirán qué vida deberías vivir.
Deja de vivir la vida de otros y comienza a vivir tu vida.
Pegúntate primero si estás viviendo la vida que quieres vivir. Si la respuesta es no, entonces sigue definir qué vida sí.
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Excelente explicación de la película Matrix y su estupenda Filosofia , sin duda una de las mejores películas de todos los tiempos.
Jordi (Neo the MATRIX ),
No, no besaste la mano de un Cura ( de un Hombre) , besaste la mano de un Representante de Dios..
Yo tampoco soy extremadamente Creyente...
Pero Dios (si existe), no necesita que vos y yo, "Creamos" en Él..
Existe y seguirá Existiendo, de todas maneras..
Vos y yo, y lo que creamos o no creamos, no tiene la menor importancia...
Hay dudas sobre si existe o no..?
Si no existiese; de donde surgió tu impulso por besar la mano de su Enviado.?
Porqué después de haberse ido ese cura, todo quedó envuelto en un estado de Paz y Tranquilidad... pese a lo que iba a ocurrir y ocurrió.?
Porque tú Padre, pese a no ser creyente según vos decís, igual aceptó la Extremaunción..?
Porque tú Padre, después de tal Visita, se relajo y se fue en Paz .?
Que raro e interesante, no.?
No, no te arrepientas...
Es evidente que los humanos, hay cosas que no comprendemos...
Así como nuestro perro no entiende que tenemos que llevarlo a pasear con una correa porque sino, el que de verdad corre peligro, es él mismo..
Saludos...