Para personas que se sienten atrasadas en su vida
Cómo dejar de compararse en un mundo de perfección.
Está en nuestra naturaleza compararse con otra persona. Especialmente nos comparamos con aquellos que están relativamente cercanos a nuestro círculo social. ¿Por qué?, porque compartimos similitudes.
Por ejemplo, aquel compañero de la carrera. Él tiene la misma edad, es de la misma ciudad, estudió lo mismo, tenemos la misma estatura y por si fuera poco, nos llamamos casi igual. En esa circunstancia hace mucho sentido que nos encontremos comparándonos. ¿Cómo le está yendo en la vida?
Bueno, podrás notar que siempre habrá alguien “más avanzado” que tú; y esto representa un problema, porque esto puede generar sentimientos de envidia, juicio, ansiedad y depresión.
Intuitivamente, te habrás dado cuenta de que compararnos no nos ayuda en nada, pero también es un proceso natural, así que naturalmente surge la pregunta: ¿Cómo dejar de compararse con otros?
Tienes lo que necesitas
A pesar de que tengas similitudes con las personas, la realidad es que somos seres individuales excepcionales. Cada persona carga una historia y un contexto diferente. No es equitativa la comparación cuando cada quien está viviendo vidas completamente diferentes.
El esfuerzo que has puesto tiene valor y te ha dado resultados. Allá afuera hay una cultura que te exige más y más de ti, pero ¿Cuánto es suficiente? No saber cuando parar también te juega en contra.
Si somos completamente honestos, no te falta nada. Eso no significa que no tengas aspiraciones, solamente que le quites el peso de obsesionarte por querer más y más.
No compitas
Hay algunas cosas en que las otras personas nos superan. Ese conocimiento superior puede ser una oportunidad de aprendizaje. No hay necesidad de experimentar algo negativo, basta con prestar atención a las historias de las experiencias de otras personas para entender y aprender de ellos.
No se trata de quién sabe más que el otro o de quién sufrió más. No es una competencia. Es una oportunidad de poder conectar con las personas desde otra perspectiva. Escucha atentamente, sin juicio.
No creas en las redes sociales
Todo lo que hay tuyo en internet forma parte de una historia o una versión que has tratado de mostrar al mundo. Esa versión selecciona solo los elementos bonitos y llamativos de tu vida, que crean una especie de superhumano ante los ojos del público allá afuera.
Incluso yo, con este texto y todos los anteriores, he tratado de crear una imagen que aquellos que me conocen en la vida real, sabrán que no es 100% acertada.
Teniendo esto en mente le quitas el poder de aquello que ves en las redes; te vuelves inmune porque sabes que lo que está ahí no es necesariamente real.
No eres perfecto
A veces olvidamos que el ser humano es imperfecto. Son esas imperfecciones las que nos hacen auténticos y nos permiten conectar genuinamente con los demás. No luches tratando de cambiar quién eres. Hay algunas características que te hacen tú, acéptalas.
La comparación es un proceso natural que, por lo general, lo hacemos automáticamente de tal manera que no nos damos cuenta. Esto te hace sentir que estás atrasado en la vida, pero todos tenemos nuestro propio ritmo. Estás en el lugar y en el tiempo correcto. Solo debes recordártelo.
Espero que hayas disfrutado “El Camino Interior”. Si quieres seguir leyendo mis publicaciones, suscríbete gratis aquí.
También te invito a conocer mis libros; puedes leer una muestra gratis a continuación.
Si quieres saber más sobre mí y mi trabajo, visita mi página web.