La búsqueda de sentido en la monotonía cotidiana
Cómo enfrentar el absurdo de las crisis existenciales
💡 Una Cita
“Levantarse, tranvía, cuatro horas en la oficina o la fábrica, comida, tranvía, cuatro horas de trabajo, comida, sueño, y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado según el mismo ritmo: este camino se sigue fácilmente la mayor parte del tiempo. Pero un día surge el ‘por qué’ y todo comienza en ese cansancio teñido de asombro.”
—Albert Camus
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🙋♂️Una historia personal
Nunca imaginé que una caricatura me pusiera tan triste.
La imagen que ves arriba es de Bob Esponja (Spongebob) y representa perfectamente cómo lucía mi vida en mis veintes.
Pasaba en promedio 2 horas y media en el tráfico, 10 horas en promedio en la oficina e intentando dormir 8 horas al día, eso me dejaba con menos de 4 horas para mí. En esas horas todavía tenía que hacer la cena, comida para el próximo día, hacer ejercicio, limpiar la casa, lavar la ropa, y si tenía suerte alcanzaba a ver un episodio de la serie de moda.
Y un día, mientras scrolleaba interminablemente en mi celular, me topé con la imagen de Bob Esponja. El mito de Sísifo se hizo real. ¿Cuál era el sentido de todo?
Así llegaba a la oficina puntual, pero con mi alma en otra parte. Durante el camino intentaba motivarme con podcast e incluso meditaba para aliviar el dolor emocional que me causaba sentirme en ese ciclo infinito del pescado de Bob Esponja.
Estuve años intentando procesar la idea de que mi vida no tenía sentido. Mi día a día no tenía un impacto real sobre el mundo, y el tráfico diario se estaba robando mi alma lentamente.
Sucedió lo que tenía que suceder: la crisis de los 25.
🧘♂️ Una reflexión
Desde que tengo memoria, he sido una persona muy analítica. Todo el tiempo estoy pensando el porqué de las cosas. Así que era inevitable que en algún punto de mi vida me iba a cuestionar el porqué de mi vida.
Cuando eres niño tienes objetivos y tareas muy claras: ir a la escuela, hacer tu tarea, jugar, dormir temprano y, año con año, avanzar en tu desarrollo académico. Así hasta la Universidad.
Pero el mundo académico está muy alejado de la vida cotidiana. Nadie te prepara para lidiar con la muerte de una ser querido, pagar impuestos, trabajar 10 horas seguidas, perder amigos, ahorrar para tu retiro y lidiar con otros adultos inmaduros como tú. Era evidente que una vez que pierdes el propósito de estudiar terminarías en un vacío existencial.
La crisis existencial viene cuando te sales de la cotidianidad, cuando observas tu existencia como un todo. Si lo pones en una perspectiva, donde tu existencia es infinitamente pequeña comparada con la historia de la humanidad, definitivamente eres nada para el universo. Pero eso no significa que “eres” nada.
La vida no tiene que ser extraordinaria. No te dejes engañar por esos videos que te motivan a comerte el mundo. Lo único que hacen es sentirte que no estás viviendo.
La vida es sencilla. Se compone de problemas cotidianos cómo hacer el súper o lavar tu ropa. No suena emocionante, ¿verdad? Es que la vida es una colección de experiencias. Así cómo tienes que lavar la ropa, también te va a tocar, oler una rosa en el parque, o nadar en una playa virgen.
Tienes un superpoder para evitar caer en el nihilismo de la vida cotidiana, y esa es tu propia razón. Dedica tiempo a pensar y visualizar cómo quieres que sea tu vida. ¿Cuáles son esas experiencias que quieres experimentar? No hay respuestas incorrectas, solo las correctas para ti.
Y por favor, deja de creer todo lo que ves en redes sociales.
Desarrolla la vida que quieres para ti.
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Gracias por esta entrega, Christopher! Estoy pasando por el tipo de momento que invita a uno a querer aferrarse a un papel de víctima y a pensar que la vida es una mierda, que estar bien no es posible para uno (mientras que para otros sí). Y sin caer en positividad tóxica, puedo afirmar que detenerme a mirar (y registrar) esa colección de experiencias como mencionaste, hace la diferencia en situaciones difíciles y retos inesperados.