
Yo no pedí estar aquí. Es más, mis papás ni siquiera querían que yo naciera.
Afortunadamente (o mejor dicho, desafortunadamente) mis papás eran provida e hicieron de un pequeño descuido a un hombre que vive cuestionándose: ¿A qué chingados vine a este mundo?
Considero que crecí en un hogar con valores. No resonaban conmigo, pero valores al fin de cuentas. Un norteño promedio, en un hogar católico, promedio y extremadamente conservador; porque esa era la única posibilidad para alguien que nació en México a principios de los noventa.
Si hubiera nacido en otro país sería musulmán o hinduista, pero no, nací en México y eso rige la serie de valores con los que crecí. En fin, no hay mucho que hacerle a eso.
Volviendo al inicio; yo no pedí venir a este mundo. Estoy seguro de que tú tampoco. Pero aquí estamos. Cada uno de nosotros bajo un contexto diferente, unidos por un mismo idioma, con muchas diferencias entre regiones, y eso es suficiente para comportarnos y ver el mundo desde una perspectiva diferente.
Yo creí durante muchos años que mis padres eran superhéroes, pero ahora que soy adulto puedo darme cuenta de que ellos también estaban tratando de salir adelante en un mundo en el que nunca quisieron estar. Pero una vez que estás aquí no hay mucho más que hacerle.
Mi libertad me mantiene más prisionero que nunca antes, porque de tantas posibilidades que hay, tengo miedo de equivocarme y fallar catastróficamente. ¿Qué son los fracasos sino una parte de la misma libertad? Nos aterra equivocarnos, así que mejor no ejerzo mi libertad y en el proceso me hago prisionero de mis propias creencias.
Sabemos que el cerebro se puede reconfigurar, como si de una computadora se tratase. De igual manera, puedes instalarle un software que te funcione mejor; uno que te haga ver el mundo desde una perspectiva que te beneficie. Coño, que mi propia mente me traiciona las 24 horas del día.
Soy (eres) dueño de mi (tu) vida. Una vida de posibilidades que lleva consigo el rechazo de otras posibilidades. Es como ese dicho que dice: cuando Dios te cierra una puerta, te abre una ventana.
Quizá es importante recordar que estamos en un constante cambio, en una construcción constante de quiénes somos. No soy ese ingeniero calvo de barba obsesionado con su pasado. Yo soy el que soy, justo como Dios le respondió a Moisés, porque no hay una frase más chingona que esa.
Dios es tan cabrón que no tiene que andar diciendo quién es. Yo soy, y se chingó. Pero el ser humano tiene ahí que andar alimentando al ego: que si ingeniero, escritor, CEO, fundador, emprendedor, y un largo etcétera.
Entonces, para cerrar:
No pediste venir a este mundo
Te tocó un modelo a seguir determinado solamente por el lugar donde naciste. Así que no hay un modelo correcto.
Eres libre y eso angustia.
También eres responsable de tu vida, y lo que hagas de ella es por ti.
Sigue descubriéndote y redescubriendo hasta que seas tan chingón como para decir:
Yo soy.
Es de sabios equivocarse …. Creo soy muy sabia!!! Jajajaja pero al menos reconozco mis errores hay tanta gente que no??… eso es lo malo los que creen tener siempre la razón
Primero vez que me cruzo con con creador del norte de México como yo. Saludos y gracias por compartir!