Hay un dictador viviendo en mí. Abusa de su autoridad y me trata con dureza.
Ese tirano me exige ser perfecto en todo lo que hago y en siempre buscar más y más. Gracias a él he logrado hacer muchas cosas en mi vida: mi carrera, mis relaciones personales, mi salud, mis finanzas y mis proyectos personales. Sin embargo, cuando fallo me castiga; y sus castigos conllevan consecuencias a largo plazo.
Ese malévolo ser vive dentro de mí, porque soy yo mismo.
Su abuso me hace sentir que no tengo valor, que no soy suficiente, que no estoy dando lo mejor de mí, que soy culpable de todo lo que sucede, y además que soy responsable por mis propios sentimientos.
No puedo convivir con una persona que me exige tanto, todo el tiempo.
Así que me cuestiono ¿Cómo derrocar al dictador que vive dentro de mí?
La autocompasión surge como una herramienta para prestar atención al malestar que estás sintiendo. Al dictador no le gusta que seas consciente de tus sentimientos.
Es increíble como muchas personas no se dan cuenta del torbellino de emociones que van cargando todo el día; pero estas se van acumulando hasta que en algún punto estallan y se desbordan en forma de ira o tristeza.
Haz una pausa
La vida que llevamos es muy acelerada. Llenamos nuestros calendarios de actividades para sentirnos que somos productivos o importantes. Todo el tiempo haciendo algo, e incluso cuando tienes, aunque sea un poco de tiempo libre, lo rellenas con videos cortos en tu celular.
Pausar nos hace prestar atención adentro. ¿Qué está sucediendo ahí adentro?
Las emociones se pueden sentir físicamente: un vacío en el pecho, unas mariposas en el estómago, un músculo tenso o una palpitación involuntaria en el párpado.
Identifica esas sensaciones físicas y trata de explicar de dónde viene esa sensación.
Reconoce que no estás bien
La respuesta estándar a la pregunta “¿Cómo estás?”, es “bien”.
La otra persona no tiene un interés real en saber cómo te encuentras y, tú, no quieres molestar a la otra persona con tus problemas. Así que convencionalmente solamente decimos “bien”, cuando realmente quieres decir: “No me siento bien y necesito ayuda”.
La primera persona que debería estar interesada en que te sientas bien, eres tú mismo. Por eso el dictador se tiene que ir, porque a él no le interesa tu bienestar.
Recuerda: está bien, no estar bien.
Revolución
Para cultivar la autocompasión debe haber una revolución en contra del dictador. Confróntalo, hazte consciente de que no lo necesitas. También agradécele, porque has logrado muchas cosas de las cuales estás orgulloso. Hoy, ya no lo necesitas porque eres una persona independiente, autosuficiente y a partir de ahora, compasiva.
A partir de ahora las decisiones se toman basado en lo que sea mejor emocionalmente para ti. Te habrás dado cuenta de que el reconocimiento y la fortuna no te dan la felicidad; y que no hay precio equivalente por la tranquilidad y la paz.
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